Artista: Nayeli Hernandez
Hermanos antes de nacer,
Brillantes del mismo cielo,
Infancias distantes sin rastro,
El Palomar pista de aterrizaje adolescente,
Conexión en tierra firme para nuestras páginas escribir,
Aventuras, desventuras, anécdotas y más allá,
Risotadas resonantes de Quijotes inseparables,
Filosofías de vida de profundo Cabernet,
Antihéroes del amor,
Ventanas abiertas al simple ser,
Sin rollos más que solo existir sin rollo,
Incomprendidos del revés,
Se festeja hasta lo que no es,
Laberintos por gambetear a la par,
Mi cuerpo indemne en la hoguera por ti hermano,
Las arrugas por venir fortalecerán el lazo inquebrantable,
Este vuelo no tiene fin.
Gustavo Caligiuri
Diciembre 29, 2016
Las manos entrelazadas
una esponja
como cucharada de madera
se hace colador y el agua pasa
de cuchara a regadera
el agua cae,
el agua cae, se hace lluvia
la lluvia cae y nos inunda
y todo cede...
de una bendición vino la muerte
Ildefonso Apelanz
Octubre 19, 2016
Lo pongo a dormir en su cuna… me alejo… se despierta llorando desconsoladamente… solo… entro al cuarto, le palmo la espalda, le arrullo una canción gastada que no se de donde he aprendido y que no ha sido hasta ahora que se adentra en mis labios para escaparse en pequeñas disfonías… Luego del llanto viene la sonrisa, la mirada alta, arqueada la espalda tanto como su esfuerzo se lo permita… el tire y afloje dura unos minutos que parecen horas… el reloj redondo e infantil parece trabajar mas lentamente en esas circunstancias y desde arriba, por sobre el placar se como testigo de movimientos precisos y sonido claro… Finalmente el desenlace no se hace esperar por mas tiempo, ya sabe Junior que llorando no logra nada y saca a relucir su mejor sonrisa de tres meses y semanas… Me hace reír aunque no quiera, aunque pretenda hacer de ese momento “a teaching moment”… Lo alzo, saco una mema de la heladera que calienta el agua de chorrito delgado, un brazo para él, el otro para todo lo demás… nos sentamos en su cuarto, en la sencillez de la silla de mimbre con los tres almohadones que la transforman en algo un tanto más confortable…. Lo que viene es lo que importa… Le doy la mema, jugamos al juego de toco y me voy, al final la estrategia se queda sin resultados y simplemente lo alzo bien, lo acomodo a la altura de mi pecho, brazos que se cruzan formando una cuna humana y le doy el chupete…
Junior se queda, ya sin más energía amoldado entre mis brazos… Con su bracito izquierdo de palma abierta hacia mi pecho, entre el final de mi cuello y el inicio del torso se hace presente en hurgados casi imperceptibles movimientos… Tic Tac hace el reloj infantil… Su brazo derecho se apega a mi espalda, su carita soñolienta siente el pesar del sueño y sus ojitos claros se abren y cierran y se quedan entreabiertos… Me miran, esos dos mares circulares azules que el cielo le ha prestado en esta vida, y que aparecen como una mezcla de los ojos de la Abuela Jorgelina, de su padre Jorge, de los míos… Me miran mientras de a poquito me dejan de mirar aunque resistan desesperadamente a perder de vista los míos…
Le siento todo su cuerpo, sus movimientos breves, su respirar sereno, el movimiento de la boca jugando con el chupete, el sonido de ese movimiento se instala en mi memoria… Le hablo, me mira… Le digo lo mucho que lo amo, que todo va estar bien, que acá esta su papi, que se duerma, que necesita descansar (y yo también…) Me mira mientras se duerme de a pedacitos, migajas de sueño que recoge el tiempo… Sus tres meses y semanas…
Lo protejo… los parpados le cubren la mitad de los ojos que se esfuerzan para saber que estoy ahí, mirándolo, que no lo dejo… Como si dormir le diera una ansiedad severa de separación entre uno y el otro… Como si esa distancia fuera definitiva…
Lo abrazo más y le prometo que ahí me quedo… Sus deditos se mueven, la mano derecha busca su posición más placentera, más prácticamente confortable. Nos quedamos inmóviles, en silencio… Ahora si: nada se mueve… Se detiene el tiempo, el reloj infantil conserva el momento en un infinito pensamiento para proyectar esa imagen y lanzarla hacia el futuro… La alineación de lo inmortal con lo mortal se produce y la escena queda intacta…. Silencio. Un reloj que no avanza. La cuna que aguarda vacía. El silencio va cayendo desde arriba… El cuarto que nos resguarda… El silencio, lo tangible, lo intangible: son testigos... Lo que existe y lo que no existe todos sabemos que Dios esta presente…
El instante es esa instancia que jamás llega del todo a reproducirse en la mente de la misma manera que ocurre en nuestra experiencia. Hago lo imposible para desdoblarme y concentrarme en el narrador y el narrado… Los veo, nos veo, me veo… Padre e Hijo…
“Hola, soy papá” Habré escuchado esa frase tantas veces… solo bastaba con decir Hola…
Hola, soy papá… Habré de reiterar algunas cosas… las buenas, las que construyen una imagen que aunque rota es la única imagen que vale la pena recordar… mi viejo se fue y quedó la pausa
Lo abrazo fuerte… Lo amo con todo lo que puedo, con todo lo que tengo… Lo dejo todo, con la mejor de las paciencias y lo que me queda de creatividad para conciliar pasado, presente y futuro… Padre e Hijo, Hijo y Padre… Los ecos del Tic Tac se repiten pero las escenas no… Siempre habrá nuevas y aún así ninguna reemplaza la anterior o la que sigue… Existe solo un presente, éste que no puede ser reescrito…
Se ha quedado dormido… lo dejo en la cuna para escribir estas líneas que no serán las mismas, o dejarlo dormir en mi pecho… guardando en mi alma todos estos sentimientos. Malcriarlo por un día, escribir esto más tarde… Esperar que la memoria no me falle (tanto) para saber reacomodar la escena con los detalles que el narrador ha tratado de quedarse… Pensar, estar presente dentro del pasado, colorear este retrato con las representaciones más apropiadas… Revivirlo para que no se nos escape de la mente… Son tres meses y semanas… las imágenes ahí se quedan y falta de palabras, la emoción es grande, las lágrimas no tardan… Es ahí mismo cuando uno sabe que revivirlo es imposible… Quedan los baches, los vacíos entre segundo y segundo… Alguna mirada ha quedado desplazada… La memoria rota conversa con los detalles inventado… Me levanto, lo veo en la cuna, lo alzo, lo abrazo y se duerme con cierta calma que nace del contacto, la piel de lo sagrado… De la relación que con paciencia en el día a día estamos construyendo juntos… Padre e Hijo… Hijo y Padre…
Hola, soy Papá…
Ildefonso Apelanz (SR)
Enero 20, 2012
Domingo 9:30 AM. Alguien toca el timbre. Con la poca lucidez de los sentidos recien despiertos alcancé a pensar "seguro son los testigos de jehová". Trate de conciliar el sueño dominical pero al tercer llamado, insistente y sostenido, no me quedo otra que elevar mi cansina humanidad de la placida yacija e ir a atender. Por la mirilla, veo una mujer entrada en años (seguramente abuela), cero perfil religioso... Abro (en cuero y despeinado) y la sra. me pregunta: "¿y Alejo?"; a lo que respondo: "Acá no vive ningún Alejo", "¿y donde vive?" me repregunta desconcertada e incomodada por su equivocación; "...no sé ni quién es Alejo", respondí cuasi molesto... la Sra. Confusión de Domingo, desapareció tras las disculpas... esfumado el malestar de la situación me reí... Mientras pensaba en mi vejez, y habiendo levantado el diario, leia que hoy era el Dia de los Enamorados... Que habrá sido de Alejo. Alguna vez, alla lejos en Rivera, algunos me gritaban Alejo...
Gustavo Caligiuri
Febrero 14, 2010